Haz una presentación corta.

Me llamo José María Núñez Martínez. Fui alumno de la XVI promoción. Estoy casado y soy padre de dos niñas pequeñas, de tres y cinco años de edad.

¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional desde que saliste del colegio?

Estudié Medicina en la Facultat de Valencia y me especialicé en Cuidados Intensivos en el Hospital Dr. Peset, también de Valencia. Actualmente trabajo como jefe del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Vinalopó de Elche y soy profesor universitario en la UCAM.

Estás casado y tienes dos niñas. Ahora que tus hijas están en el colegio, ¿ves el colegio de otra manera?

Por supuesto, ¡y de qué manera!. Cuando era alumno, he de reconocer que me lo pasé muy bien en Aitana. Me parecía buen colegio, y así lo he pensado siempre; pero no ha sido hasta que he sido padre, que he entendido la Importancia, con mayúsculas, de haber tenido la oportunidad de estudiar en este colegio.

Cuando tienes hijos (ya me lo decía mi padre), aparte de una inmensa alegría, no es menos cierto que comienzan unas preocupaciones nuevas que te acompañarán el resto de tu vida; “¿seré demasiado duro o demasiado blando?, ¿sabré transmitirle mis valores?, ¿lo estoy haciendo bien?, y así hasta el infinito. De todas ellas, hay algunas que tienen indudablemente más importancia que otras. Por ejemplo, una que para mí es fundamental, es precisamente la que tiene que ver con la educación de mis hijas, ya que determinará las personas que serán el día de mañana. Para ello, es condición sine qua non, que el colegio esté en sintonía con la formación que cada uno quiera para sus hijos.

No solo hay que buscar la excelencia académica, ¡que además la tiene!, sino ver que excelencia humana promueve en sus alumnos.

Mire, esto mismo se lo digo a mis alumnos de la universidad. Yo soy jefe de servicio, y entre mis responsabilidades se incluye la entrevista de los candidatos para un puesto de trabajo en el equipo. En mi profesión hay muchas personas con una excelencia técnica fuera de toda duda; pero muchas menos con una excelencia humana al mismo nivel; y menos aun con un nivel de excelencia profesional y humana elevadas. Para un puesto de trabajo que requiere una gran pericia técnica pero a la vez un nivel de formación humana también elevado, no podemos elegir a una persona que solo cumpla el cincuenta por ciento del perfil. Sería absurdo, ¿no?. Y esto únicamente en el plano profesional; ya que una persona con una formación humana excelente, es esencialmente más libre. Si además es una persona religiosa, con una buena formación religiosa, será esencialmente más feliz.

Si no elegimos un colegio que además de una gran excelencia académica, no promueva una excelencia al menos equiparable como personas, no estaremos haciendo en mi opinión, una elección correcta. Como padre, tengo (y tendré) muchas preocupaciones; el colegio no solo no va a ser una de ellas, sino que además va a ayudarme (como ayudó a mis padres) a que mis hijas sean lo que quieran ser, tanto en el plano profesional, como humanista, como religioso.

Eres médico y diriges el servicio de Medicina Intensiva del hospital Vinalopó de Elche. Estás, pues, en contacto habitual con personas que sufren, ¿en qué consiste el trabajo de un buen profesional?

La pregunta es muy amplia, pero en el ámbito sanitario, un buen profesional es aquel que no solo se preocupa por mantener un nivel de conocimientos técnicos de su especialidad actualizados, sino que además es capaz de ponerse en la piel del que tiene delante.

El paciente es una persona de carne y hueso, con sus ilusiones y preocupaciones, con sus intereses y aficiones, que preferiría estar en cualquier parte del mundo menos delante de ti, en la consulta o en una camilla de Urgencias. Sabe que tiene algo malo, que quizá tenga solución o quizá no, que a lo mejor el tratamiento es doloroso y largo. Que a lo mejor no puede acometer el proyecto en el que se había embarcado y en el que quizá ha invertido mucho dinero. Los pacientes tienen además familia que se preocupa. O a veces ni siquiera eso, y tienen que enfrentarse a eso solos…

En mi especialidad concretamente, el enfermo llega muchas veces en una situación de emergencia vital, en michas ocasiones ni siquiera está consciente o puede respirar por sí mismo. Los primeros momentos son críticos, y de la rápida y adecuada actuación, va a depender que la persona pueda superar el problema o no. De hecho, a veces llegan al hospital tan graves que, a pesar de todos los intentos, no logran superar el problema.

En la actualidad, no solo nos centramos en el paciente. Una vez estabilizado, tenemos que también “cuidar” de las familias. El enfermo que está en coma en la UCI tiene fuera una esposa, esposo, hijos, padres y amigos. Un buen profesional no solo expone los pormenores técnicos del problema y los posibles abordajes terapéuticos. Sino que empatiza con las familias y les explica la situación sin mentir, pero con todo el cariño posible.

Nos encanta cuando un paciente sale adelante, ¡faltaría, más!, pero hay que saber acompañar a la familia cuando su familiar no está evolucionando bien, o cuando finalmente fallece.

Cuando es posible, y la situación lo permite, hay que preguntar al paciente qué expectativas tiene. A veces, no se puede hacer nada por solucionar el problema y la persona tiene derecho a saber qué puede esperar de su enfermedad y trabajar con unos plazos temporales aproximados pero realistas. Mire, a colación del debate tan candente sobre la regulación de la eutanasia; yo he tenido que hablar en estos términos con muchas personas, y nadie me ha pedido que le administre nada que acabe con su vida. Las personas somos conscientes de que aquí “no se va a quedar nadie”, y que nadie ha firmado para ochenta años. Lo único que desean es que en los estadíos finales de la enfermedad no tener dolor. En nuestra profesión se necesitan paliativistas, no personas que desenchufen a otras.

¿Piensas que el sistema sanitario español es uno de los mejores del mundo?

Lo pienso y lo defiendo. Por un lado, el sistema sanitario español es un sistema que garantiza una formación reglada de sus profesionales vía MIR. Es un sistema basado en la universalidad, la justicia y la equidad. La cobertura que tiene es prácticamente impensable en cualquier país de nuestro entorno (y más allá). Y está enormemente tecnificada.

No obstante, ¿qué mejoras nos quedan por conseguir todavía?

Es cierto que el principal problema de la sanidad es la falta de médicos. La provisión de puestos de trabajo es más propia de mediados de los años ochenta que en la época actual. Fíjese que hace no demasiados años, en España la esperanza de vida apenas pasaba de los setenta o setenta y dos años. Actualmente supera holgadamente los ochenta años, pero no solo eso, sino que además se superan con cada vez mejor condición física. Este grupo poblacional, como es lógico, es el grupo que más demanda sanitaria produce, y es el grupo que más ha crecido en los últimos años, con lo que el problema de “atasco” en la sanidad es más que evidente.

¿Cómo ha incidido el Covid-19 en los municipios de nuestro entorno?

En la primera ola, los municipios del sur de la Comunidad Valenciana; Elche, Orihuela y resto de la Vega Baja, han tenido una incidencia más bien baja.

Por el contrario, en la segunda ola, hemos sufrido un aumento muy importante de casos, prácticamente doblando el número de la primera ola. Afortunadamente, a pesar de que aun sabemos poco, cada vez sabemos más de la enfermedad, y estamos mucho mejor preparados que durante la primera ola. Hay más conciencia social de la importancia del uso de mascarillas, y salvo algunos irresponsables, la gran mayoría de los ilicitanos están haciendo gala de una gran responsabilidad, lo que es fundamental para bajar el número de casos.

¿Cómo ves el futuro próximo de esta pandemia?

Todos los años, con el invierno, se agudizan los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas. Este año va a pasar igual. Cuando llegue el frío (porque salvo días puntuales, no podemos hablar de que esté siendo un otoño frío), estos enfermos probablemente se inestabilicen y requieran de atención hospitalaria. Estos enfermos que podríamos llamar “estacionales” van a sumarse a los enfermos por COVID-19. Probablemente tendremos un invierno con un incremento importante de las necesidades de camas de hospitalización.

Afortunadamente, la práctica totalidad de los hospitales de la Comunidad (y de otras también) han preparado planes de contingencia que prevén habilitar zonas hospitalarias como camas de pacientes agudos o críticos, con lo que esperamos que no lleguemos a la situación de colapso que se vivió en otras comunidades como Madrid o Cataluña.

En cualquier caso, esto tendrá fin. La vacuna estará lista para su distribución a principios de 2021, y esto marcará el fin de la pandemia. Nuestra vida no será la misma en algunos años, y los que hemos vivido esto no lo olvidaremos jamás, pero recuperaremos lo que teníamos antes sin duda.

Perteneces a una familia que ha vivido el colegio muy de cerca. Tu padre fue profesor durante algunos años y todos tus hermanos y hermanas habéis estudiado en Aitana y Altozano. ¿Qué crees que es lo más valioso de Fomento?

Pues la primera cosa que me viene a la cabeza son las personas que hacen posible Aitana; pero en realidad eso no es del todo cierto. Las personas van pasando, mis profesores ya están o jubilados o en las puertas de la jubilación, pero los valores del colegio siguen siendo igual de sólidos que cuando lo pisé por primera vez hace ya unos treinta y cinco años.

La educación se ha adaptado a los cambios que se van necesitando con el paso de los años (dónde quedaron las míticas peleas de tizas), pero los valores que sustentaron su fundación siguen tan vigentes como el primer día. Es lo que creo que hace este colegio “magnético” para los que supimos apreciarlo en profundidad, y para aquellos que lo conocen a través de antiguos alumnos.

¿Qué les dirías a los alumnos que acaban ahora bachillerato?

Les diría, antes que nada, que lo mejor está todavía por llegar. Que ahora es cuando van a salir a la universidad y van a poder demostrar (casi sin darse cuenta) que tienen “un algo”, que los va a hacer diferentes al resto. Hay que estudiar; qué duda cabe, pero hay que hacerlo con intensidad, ilusión y alegría, a partes iguales.

Añadiría que no se pierdan unos a otros. Cuando yo tenía su edad, al final de curso pasábamos un papel donde apuntábamos nuestras direcciones postales para escribirnos y mantener el contacto. Yo de hecho les digo a mis residentes que tengo el orgullo y a la vez la pena de haber sido de las últimas generaciones que ha escrito cartas. Ahora es mucho más fácil; existen los grupos de whatsapp, las videollamadas… que no se salgan de esos grupos nunca. Es bonito ver cómo vamos cambiando con el tiempo, pero las personas seguimos siendo las mismas

¿Cuál crees que es la clave para obtener unas buenas calificaciones como las que tú sacabas?

Pues es muy fácil, básicamente trabajar, trabajar y trabajar. Yo tuve la suerte de compartir clase con algunas de las personas más inteligentes que he conocido nunca. Yo nunca fui así; yo era trabajador. Intentaba prestar atención y juntarme con quien en un momento dado me podría explicar el tema. Y estudiar. Largas tardes de estudio con un bocata al lado, quizá con alguna chocolatina robada del fondo de la nevera… no hay otro secreto.

Enviaremos la revista a tus compañeros de la Promoción XVI. ¿Cómo los recuerdas? ¿Qué les quieres decir ahora?

Pues la verdad es que hace no mucho uno de los compañeros de promoción logró reunirnos a la inmensa mayoría en un grupo de whatsapp. Desde luego no es el mejor sitio para hablar, pero nos permite estar en cierto contacto.

Después de veintidós años sin ver a muchos de ellos, me quedaban retazos en la memoria de sus caras, de su voz. Pero recuerdo más de lo que se imaginan. Tengo en el fondo de mi corazón anécdotas muy buenas con la mayoría de ellos. Fue una clase muy unida; no había problemas. Éramos díscolos pero buenos. Una clase absolutamente entrañable.

Es fantástico vernos ahora, con muchas más canas y mucho menos pelo; con algo más de tripa y alguna arruguilla de más. Ahora nos vemos en nuestros hijos, ¡y se nos parecen más de lo que nos gustaría! Ahora es el momento de decirles “tu padre no ha hecho esto en la vida”, y esperar que ninguno de nuestros profesores nos oiga; la carcajada se oiría hasta en la India.

Vivimos en una sociedad donde parece que lo más importante es tener y no ser. Los chicos también pueden pensar así. ¿Qué les dirías?

Les diría que el tener es efímero, mientras que el ser es para siempre. Como ya he comentado antes, por mi trabajo, veo la vida con una considerable dosis de perspectiva.

He visto a gente dilapidar su vida detrás de un afán desmedido de prestigio profesional o económico, para darse cuenta de que cuando llegan no solo no son felices, sino que además están solos.

Por supuesto hay que tener cosas imprescindibles; pero no basar nuestra vida en eso. Por ejemplo, y no quiero ser ejemplo de nada; yo tengo un iPhone, que me es imprescindible en mi labor diaria. Pero ya le digo que no es el último, ni el penúltimo, ni el anterior; y cuando este se estropee, me compraré el de más baja gama disponible, que será siempre mejor que el que tengo ahora. No sé; a mí me parece que es lo correcto.

¿Qué libro recomendarías?

Pues me gustó mucho el libro “El niño 44”, que leí recientemente. Ha sido un descubrimiento muy agradable. Me gustó menos la continuación, “El discurso secreto”, pero también es muy interesante. Creo que hay un tercero que todavía no he leído.

También me gustó mucho “Archipiélago Gulag”, que me leí después.

¿Qué tipo de música o autores te han gustado siempre?

Siempre me han gustado los grupos de los 60; “The mamas and the papas”, “The Moody Blues” y 2The Byrds”. Más actuales me gustan “Fito y Fitipaldis”, y “The Killers”

En cuanto a autores me chiflan las novelas de John Le Carré, y me voy a permitir la licencia de recomendar un comic; Hell-Boy de Mike Mignola, un autor de lo más interesante, con buenas historias sacadas de todo tipo de mitología y un dibujo sorprendente.

¿Qué deportes practicas?

Pues ahora he de reconocer que con la pandemia tengo en general menos tiempo para todo, pero practico de forma habitual CrossFit.

¿Te gusta el cine? Recomienda a nuestros lectores una película.

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